viernes, octubre 05, 2007

No quería ir, y no querría volver a ir

Ahora sí, toca turno al desenlace de lo del miércoles: La archirequeterecontra-odiada comida de despedida.

Como que me quedé con la impresión de que ustedes se quedaron con la impresión de que era una fiesta, así pachanga y mucha gente. No sé si habrán malinterpretado mis palabras o yo me mal expresé (lo más seguro es que haya sido yo el mal expresado).
Por eso déjenme aclararles, y empezar a contarles, que nomas' era invitarme la comida en un restaurante ahí cerquita. Los invitados nomas' eramos los de esa área, que somos máximo 10 gentes.

De los 10 nomas' fuimos 7. Dos de las secretarias no fueron, una porque no podía y la otra porque chocó (¿no será que Dios me habrá mandado a mí ese accidente, pero le falló la puntería?) y el jefe máximo, que les digo que no se digna a hablar con nosotros los pobres mortales, tampoco fue.

Y ahí vamos en excursión hasta el restaurante. Repartidos en dos carritos. Todavía guardaba la esperanza de que chocaramos en el camino, pero tampoco pasó nada.

Para empezar mal, en el restaurante me pusieron en el lugar, digamos principal; es decir, en uno de los extremos de la mesa.
De beber pedí lo que primero que se me ocurrió: limonada; y luego casi todos pideron sopa y para no meterme en problemas con el menú ( y es que por alguna suerte extraña nunca puedo decidir, y casi nunca entiendo que clase comida es cada cosa) entonces pedí 'the same'. Osease la sopa. Y ya pidieron el plato fuerte, que era pollo.

Alguien sugirió que yo debía decidir que pedir, que primero me tenían que preguntar a mí si yo quería pollo, pero afortunadamente nadie le hizo mucho caso y no pasó de un "ta' bién el pollo ¿no?", y yo: "Claro, lo que sea".


En la hora y media que debió haber durado esto, pues yo no hablé casi nada; generalmente no hablo mucho pero todavía hablaba menos porque me sentía muy nervioso.

Creo que nunca les había contado que comer junto a varias personas me pone nervioso, debido a que llevo unos 8 años acostumbrado a comer solo ( no les cuento la clase de salvaje que soy tragando, pero digamos que estando solo no importan los modales).





Entonces, como muy poco y además rápido, y me levanto de la mesa enseguida; aquí no podía hacer eso, por lo que la ansiedad nomas' no se me desaparece. Acto seguido, trato de no parecer nervioso, y pongo una fabulosa cara mas o menos así:


Hora y media con esa cara y contestando cualquier tontería que se me ocurriera a las preguntas que me hacían, tratando de parecer tranquilo. Sin embargo con esa cara y con las cortas respuestas que doy, cualquiera podría notar que no quiero hacer conversación y que estoy muy incómodo.

Para mi alivio no pidieron postre, se fueron directo a pedir la cuenta. Mientras la cuenta llegaba, el organizador de este terrible martirio, se sintió con la obligación de decir unas palabras y las escuché atentamente... pero no me acuerdo que dijo, solo sé que al final yo respondí "Gracias". Un poco anticlimático pero no andaba yo con el espíritu de replicar un discurso.

Finalmente salimos de ahí y otra vez de regreso a las oficinas. Bueno, antes de eso pasamos por un helado, a sugerencia del otro chavo de servicio social que andaba ahí. Yo no quise helado. Ya me quería ir. Inventé algo de que estaba enfermo y no podía comer cosas frías pero creo que no fue muy convincente.

Esta comida era la despedida oficial, pero me habían pedido que me quedara 2 días más para terminar bién a bién un proyecto que yo había hecho, entonces no hubo necesidad de abrazos ni de que psuieran las golondrinas.



Ya en las oficinas tomé mi mochila, me despedí, les dije "Muchas gracias por la comida" y puse patitas en la calle lo más rápido que pude.

Al fin a salvo.

Sé que la gente se da cuenta cuando estoy incómodo, y yo veo que eso crea un ambiente muy extraño. Noto esa sensación de desconcierto cuando me despido, porque debió haber sido algo alegre y no lo fue, y sé que es mi culpa.

Por eso no me gusta que me celebren nada. Sé que arruino momentos así con mis nubes grises.

Ahora ya saben porque no quería ir, y porque no querría volver a ir a otra comida o fiesta. Por eso les decía que a mis amigos y a mi familia ya los entrené, ya no me celebran nada; por eso hacía berrinches y repelaba, porque de verdad no quería ir.


En fin, así fueron las cosas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Congratulations... Si vives el tiempo promedio de cualquier mortal, te tocan otras 10 situaciones de ese tipo... Feliz noche... ATTe. Lilith·Nash

Sola en el universo dijo...

Pues... ya pasó!!!

Ahora a seguir con la vida ;)

Anónimo dijo...

:P !
vele el lado positivo...
ya pasó !!!! :D
C' est fini!
It's already done...
終わる

:P!

Atte:
Vie Et Mort

Anónimo dijo...

Ok ya se que esto no es centro para "poner su mensaje diario", pero neto sentia la necesidad de decirte, que me gusta mucho como escribes y dibujas.
No sé.... pero hasta cierto punto, tus posts estan siendo parte de mi día.

Atte:
Vie Et Mort

Luckitas dijo...

Che sos lo mas antisociable... amargo y sin aliento q conosi en mi vida... lo q no se xq me simpatizas tanto... creo q te faltan un buen par de amigos... q te hagan descubrir los otros lados lindos q tiene la vida compartida con amigos o compañeros o gente nomas... y x muy remanida y repetida q sea la frase... te la vuelvo a desir... q lastima q vivamos tan lejos...!!! jaaaaaaa... chauuuuuuuuuu...!!!